10 Herramientas para tomar riesgos calculados.

enero 14, 2021

Categoría: Productividad

RIESGO CALCULADO

¿Por qué debemos arriesgarnos?

 

Los riesgos calculados nos ayudan a fijarnos metas ambiciosas…(y a no morir en el camino).

Como adultos, somos el resultado de todas las decisiones (buenas y malas), que hemos tomado a lo largo de nuestra vida y siempre llega un punto en que no sabemos cuál camino tomar y debemos arriesgarnos al tomar una decisión. .

Aquí es donde aplica lo de: “El hubiera no existe”. Las decisiones que tomamos, no tienen marcha atrás, y si fueron malas decisiones, no nos queda más que aprender de ellas.

 

Tiro al blanco

Si no te equivocas de vez en cuando, es una señal de que no estás haciendo nada innovador.



Si siempre das en el blanco…a lo mejor estás muy cerca del tablero.

 

A lo que voy con todo esto es que cada una de esas decisiones que tomamos representa un riesgo y el tamaño de ese riesgo, depende de nuestra incertidumbre ante el problema.

Hay situaciones en las que el panorama es más claro y es más fácil arriesgarnos, pero también hay situaciones en las que no tenemos la menor idea de cuál puede ser el resultado si tomamos una u otra opción. Es por esto que debemos tener los riesgos calculados y bien identificados.

 

Creando el futuro

Tenemos el poder de cambiar nuestro futuro, evitando errores del pasado



Es por esto que cuando vamos a tomar una decisión importante, debemos evaluar las consecuencias de tomar esa decisión.

Las grandes empresas y gente considerada como “visionaria”, han llegado a hasta donde han llegado, gracias a que en su momento, tomaron riesgos calculados

 

Aunque suene raro: ¿cómo medir los riesgos calculados?.

 

Medir riesgos

«Por esta razón, les quiero compartir algunas de las herramientas que he utilizado a lo largo de mi vida para tomar decisiones.»

 

En teoría no podemos medir un riesgo cuando hay mucha incertidumbre, pero podemos darnos una idea si hacemos un pronóstico de cuáles pueden ser las consecuencias (buenas o malas) si tomamos ese riesgo calculado. 

Por esta razón, les quiero compartir algunas de las herramientas que he utilizado a lo largo de mi vida para tomar decisiones.

Es importante aclarar que estas herramientas no son la “panacea” y no son infalibles. Al igual que todos, yo también he tomado decisiones terribles en mi vida, pero estas herramientas me han ayudado a que el impacto de mis malas decisiones, no sea tan grave.

La idea es que las apliquen antes de tomar una decisión. Si pueden usar más de uno, mucho mejor.




10 Herramientas para tomar riesgos calculados.




1.- Calcular el “PEP” (Peor escenario posible).



Esta técnica tiene una parte fácil y una parte difícil. La parte fácil…es tan fácil como hacerte la pregunta: ¿Qué es lo peor que podría pasar?.

La parte difícil es hacer a un lado todos tus prejuicios, sobre todo cuando estás “enamorado” de una de las opciones. Cuando eso sucede, de manera inconsciente vas a tratar de “acomodar la realidad” para que salga la respuesta que tú quieres.

 

PEOR ESCENARIO POSIBLE

Tienes que preguntarte: «¿Qué es lo peor que podría pasar?.»

 

La ventaja de esta herramienta es que te da mucha más certidumbre y te permite enfocarte más en que las cosas salgan bien. Nada más te recomiendo que alguien más te de «su versión» del peor escenario posible. A lo mejor hay detalles dentro del problema que no has visto (o que no has querido ver y esos riesgos no están tan bien calculados). 




2.- “La técnica del vaso”.



Esta es una prueba muy sencilla. Necesitas un vaso y una pelota que quepa dentro del vaso. Todo lo que tienes que hacer es poner el vaso en el piso y aventar la pelota, tratando de que caiga dentro del vaso.

 

Tecnica del vaso

Puede ser cualquier pelota y cualquier vaso. El chiste es que la pelota quepa en el vaso.

 

Eres completamente libre de poner el vaso a la distancia que quieras. Incluso te puedes poner exactamente arriba del vaso y soltar la pelota.

La idea de esta prueba es muy simple. Es para probar tu capacidad para arriesgarte cuando estás ante una situación determinada.

Si pones el vaso demasiado cerca, quiere decir que no te gusta tomar riesgos y que siempre te quieres ir “a la segura”, pero si lo pones demasiado lejos, quiere decir que no estás siendo realista o crees que no lo vas a lograr y no importa si lo pones a una distancia inalcanzable.

La idea es que midas tus alcances y pongas el vaso a una distancia en la que sea posible meter la pelota, pero que también represente un reto y trates de superarte.



3.- Ver más allá de la meta / consecuencias a corto, mediano y largo plazo.

 



Cuando medimos el riesgo de una decisión, nada más consideramos lo que va a pasar inmediatamente después de haberla tomado y no pensamos en lo que puede suceder más adelante.

 

«Lo que crees que es el final de una historia, puede ser el principio de otra historia más interesante.»

 

Es como pensar que los cuentos de hadas terminan en boda y en la famosa frase: “y vivieron felices para siempre”, cuando en realidad esa boda es el inicio de otra historia, probablemente mucho más interesante.


Recordemos que “no hay marcha atrás” y nuestras decisiones van a tener repercusiones a mediano y a largo plazo.




4.- Asegúrate de estar preparado para tomar ese riesgo.

 



Esto sirve como complemento del punto 1, ya que después de calcular el peor escenario posible, debemos evaluar si tenemos los recursos para poder salir de ese escenario con la salud anímica y financiera para superar esa mala decisión y volver a empezar.

 

Preparado

«debemos evaluar si tenemos los recursos para poder salir de ese escenario con la salud anímica y financiera para superar esa mala decisión y volver a empezar.»



Es como la “red de protección” que tienen los trapecistas en un número de circo. Lo más probable es que puedan pasar de un trapecio a otro sin problema, pero todos estamos más tranquilos al saber que si se caen, mañana podrán dar otra función.

Una buena parte de las dudas que tenemos al tomar una decisión es la incertidumbre. No sabemos qué es lo que va a pasar, pero si sabemos que hay muchas cosas que sí pueden pasar y que pueden echar abajo todos nuestros proyectos.

Es por esto que debemos estar preparados.




5.- Revisa tus decisiones pasadas. ¿Cuándo fue la última vez que tomaste un riesgo?.

 



Cuando estudiaba la maestría, nos ponían a resolver muchos casos prácticos y nos pedían “documentar” nuestras respuestas.

Yo tuve problemas con esto porque muchas veces, las soluciones que aparecían en los libros, no coincidían con lo que yo viví al enfrentar situaciones similares en mi vida. El diálogo con mis maestros (que todos eran más jóvenes que yo).

 

El diálogo iba más o menos así:



Prof.: “Para resolver este problema; ¿tomarías la opción A o la B?”
Yo: “ninguna, las dos opciones son malas”.
Prof.:¿Y en que basas tu respuesta?
Yo: Me baso en que en 2002 tomé el camino A y me fue muy mal y dos años después, tomé el camino B…¡y me fue peor!


Afortunadamente, en esa maestría (y en la vida), no hay respuestas correctas o incorrectas y todo es cuestión de que tengas las herramientas suficientes para defender tu punto de vista.

 

ajedrez

Nuestras experiencias pasadas nos pueden ayudar a tener una mejor estrategia al calcular nuestros riesgos.

 

Es por esto que no hay mejor herramienta para los riesgos calculados, que la experiencia. 



6.- A más de uno no le va a gustar tu idea…vas a encontrar resistencia.

 



Hay una frase que dice: “El único ser humano que agradece un cambio…es un bebé mojado”. A todos nos encanta tener control sobre todo lo que nos rodea y no nos gusta arriesgarnos a salir de nuestra zona de confort.

 

Bebé feliz

«El único ser humano que agradece un cambio…es un bebé mojado.»



A nuestra edad, un cambio, por pequeño que sea, nos pone ante una incertidumbre que no nos gusta. Es más…nos asusta.

Lo más curioso es que no nos gusta cambiar…pero nos gusta aún menos que los demás cambien. Esto es porque sabemos que si los demás cambian, de manera indirecta nos obligan a cambiar también.

Por lo general, la gente que critica tu trabajo es gente que conoces e incluso es gente cercana a ti. Muchos no lo hacen de mala fé, la crítica es una condición humana

Lo que te recomiendo en estos casos, es que aproveches la crítica constructiva para construir tu “Peor Escenario Posible”, ya que puede haber detalles de tu proyecto que no hayas contemplado y puede que algún factor no esté dentro de tus riesgos calculados.





7.- Pregúntale a alguien que no esté involucrado en el problema.

 



Al final, los que te van a decir si tomaste una buena decisión y si valió la pena arriesgarse, no van a ser ni tus familiares ni tus amigos. Son esa gente que no conoces, pero que le gusta lo que haces. En otras palabras… tu “público”.

Pero debemos estar conscientes de que ese público no está con nosotros desde el principio, por lo que hay que buscar a un par de amigos ó familiares, de esos que “no tienen filtro” y que te van a decir lo que piensan..y no lo que quieres escuchar”

También puedes hacer un “prototipo” de tu proyecto para ver cómo reacciona la gente y ver si vale la pena arriesgarse.

 

Desde afuera

Si quieres saber lo que la gente opina de tu idea, busca a alguien que vea tu proyecto «desde afuera».



Por más que le expliques a la gente, ellos no pueden visualizar tu idea tal y como está en tu cabeza, por lo que te conviene tratar de “materializarla” para que la gente pueda “vivir la experiencia” de tu idea y pueda darte una opinión al respecto.



8.- Aprende a ser resiliente. ¿estás dispuesto a pagar el precio?.

 



Según la RAE (La Real Academia de la Lengua Española), éste es el significado de la palabra “Resiliencia”:

1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente pertubador oun estado o situación adversos.

2. f. Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.

En lo personal, me gusta más la definición “física” de la resiliencia. Pienso que  es como un resorte, que al momento de recuperar su forma,  tiene mucha energía acumulada que lo hace regresar con más fuerza.

Cuando mis dos hijos decidieron ser artistas (teatro y música, respectivamente), no dudé ni un segundo para apoyarlos y lo hice por dos razones:

La primera es que las carreras clásicas están saturadas y estoy convencido de que un actor o una cantante que sean muy buenos en lo que hacen, pueden tener las mismas oportunidades que un abogado, contador, médico, comunicólogo, etc.

La segunda es que me iban a ayudar a cumplir mi sueño reprimido de ser artista. Siempre me gustó el escenario, pero terminé trabajando en otra cosa porque en su momento, no estuve dispuesto a “pagar el precio”.

Ese precio que implica no tener un ingreso fijo, no tener horario, ni fecha en el calendario. Trabajar durante horas sin saber cuándo, cuánto…y la duda de si te van a pagar por ello.

La ironía de esto es que al final, me dedique a ser un diseñador freelance y termine trabajando sin un ingreso fijo, sin horario y sin fecha en el calendario, etc.

 

RESILIENCIA

Aunque tengas riesgos calculados, la resiliencia te hace salir adelante a pesar de las adversidades.

 

Al final del camino, no me arrepiento de no haber estado dispuesto a pagar ese precio, ya que la vida me fue llevando por otros caminos, pero es por eso que decidí arriesgarme a crear este blog…porque nunca es tarde para arriesgarse.




9.- Encuentra el equilibrio entre ser soñador y ser realista.

 

 

Cuando trabajas en el medio de la publicidad y la mercadotecnia, la palabra “urgente” adquiere otro significado. No hay una sola orden de trabajo en tu escritorio que no traiga la etiqueta de ¡MUY URGENTE! (así, en mayúsculas y entre signos de admiración).

Después de un tiempo te das cuenta de algo. Cuando todo es urgente…¡ya nada es urgente!. Al final, no puedes darle prioridad a todo.

Durante un tiempo, trabajé con un vendedor que amaba las urgencias (para los demás). Llegaba corriendo a mi escritorio y me decía: ¡urge esto para mañana porque el cliente lo necesita…además de que ya pagó!.

Esto siguió durante varios meses, hasta que un día le di 100 pesos y le dije: “necesito que el sol se ponga en este instante…¡y a ver cómo le haces porque ya te pagué!.

 

Soñador y realista

Se vale soñar, pero tus metas debes ser alcanzables y tus riesgos calculados

 



A lo que voy con todo este rollo, es que al momento de pensar en riesgos calculados, se vale pensar en grande cuando se trata de tus metas a largo plazo, pero es necesario que nuestras metas a mediano y corto plazo, sean reales y alcanzables.

Puedes utilizar la técnica de la pelota” que está en el punto 2 de esta publicación para medir qué tan arriesgado eres. También te puede ayudar a definir tus metas.

 



10.- Debes estar preparado para agradecer a los que te ayudaron en el camino.

 




Es prácticamente imposible que al momento de arriesgarte, lo hagas completamente solo y no importa la decisión que tomes, es muy probable que afecte directa o indirectamente a alguien más.

Es por esto que debemos ser agradecidos con esa gente que creyó en nosotros a la hora de arriesgarnos, además de que la gratitud es una de las herramientas más poderosas para crecer en todos sentidos.

 

GRATITUD

«Una persona que no tiene gratitud, desconoce sus orígenes.»

 



Al momento de tomar un riesgo calculado, ayuda mucho cuando alguien se arriesga contigo. Esto puede ser muy bueno por dos razones:

Si las cosas salen mal, es mejor estar acompañado, pero si las cosas salen bien, el éxito sabe mejor cuando lo compartes.

Te invito a compartir tus éxitos con nuestra comunidad de buscadores de oportunidades. Si lo deseas, podemos compartir tu caso de éxito en una publicación especial de mi blog.

Si te interesa compartir tus experiencias, haz click aquí:







Conclusiones:




La única manera de salir de tu zona de confort, es tomando riesgos, pero la mejor manera de salir airoso es calcular esos riesgos.

El cálculo debe ser en base a una meta que sea alcanzable, pero que signifique un reto para tí…(porque si no es así, ¿cuál es el chiste de arriesgarse?).

Al final del día, vale mucho la pena estar frente a algo que inició en tu cabeza, sobre todo cuando estás consciente de todo lo que tuviste que hacer para llegar ahí.

Te voy a recomendar otra herramienta que es de gran utilidad para identificar tus habilidades y tus gustos, y así poder calcular los riesgos que estás dispuesto a correr.

Se trata del “Inventario de habilidades Aparentemente irrelevantes” que consiste en un sencillo test en el que evalúas del 1 al 5 una lista de habilidades y actividades. Esto te dará una buena idea de cuál es el camino que quieres seguir de aquí en adelante.

Para descargar el test, haz click aquí:

Por último: “Si quieres llegar a donde nadie ha llegado, tienes que hacer lo que nadie ha hecho”.