El Hubiera...¿Si existe?
En esta publicación, me atrevo a afirmar que «el hubiera si existe» y no solo existe, puede sernos de gran utilidad.
Si has leído otros textos de este blog, verás que hablamos de: “oportunidades perdidas” y siempre digo lo mismo. Si alguien dice que nunca ha perdido una oportunidad…lo más probable es que esté mintiendo.
Existen muchos ejemplos de «hubieras», algunos más famosos que otros, pero un ejemplo que me gusta mucho es el de Jack Nicholson y Marlon Brando.
Aunque parezca increíble, en su momento Jack Nicholson rechazó el papel de “Don Corleone” en la legendaria película: “El Padrino”.
Aunque parezca increíble, en su momento Jack Nicholson rechazó el papel de “Don Corleone” en la legendaria película: “El Padrino”.
De inmediato se nos viene la pregunta: ¿qué hubiera pasado si Jack Nicholson hubiera aceptado el papel?. ¿Hubiera sido un éxito?, Tal vez, pero nunca lo sabremos.
Lo único que sí sabemos es que Marlon Brando, que si aceptó el papel, a partir de entonces no logró conseguir otro papel igual de relevante porque a pesar del éxito que tuvo la película.
Como actor se quedó “encajonado” en su personaje y aunque unos años después saliera como el “papá de Superman” en la primera película de acción de este tipo. Al final todos lo veían como “Don Corleone”.
Como actor se quedó “encajonado” en su personaje y aunque unos años después saliera como el “papá de Superman” en la primera película de acción de este tipo. Al final todos lo veían como “Don Corleone”.
Lo curioso es que por su parte, Jack Nicholson, aunque no del tamaño de “El padrino”, ha tenido varios éxitos importantes, incluyendo la película “Mejor Imposible” (“As Good as it Gets”).
En esta película, el papel de “Melvin” le quedó tan a la medida, que incluso ganó el Oscar a mejor actor, por “interpretarse a sí mismo”(literal).
Probablemente para Marlon Brando, «el hubiera si existe». Si hubiera rechazado ese papel, no pasaría a la historia, pero es probable que él así lo haya querido, aunque se encasillara en el papel, tal y como lo hizo.
El punto aquí es que a veces dejamos pasar una oportunidad que ante los ojos de todos puede parecer un error garrafal. En el fondo, sabemos que esa oportunidad nos iba a llevar por un camino que no nos gustaba mucho, ó que no se dirige hacia donde queremos ir.
En otras palabras, a veces se nos presentan oportunidades que, como decía mi papá: “es como sacarte el tigre en la rifa”, y aquí es donde les voy a platicar de mi caso:
Durante muchos años, el negocio de mi familia fue una ferretería que llegó hacer un negocio bastante próspero y en donde trabajaron mis tres hermanos.
Como alguna vez lo comenté, mis hermanos son bastante mayores que yo, sin embargo, tuve la oportunidad de trabajar durante las vacaciones. Hacía un poco de todo, desde arreglar el mostrador, hasta ir de “cobrón”, recorriendo la ciudad con mis sobres amarillos llenos de “contrarecibos”
(por cierto, si no sabes lo que es un “contrarecibo”, ¡felicidades!, todavía te queda mucha vida por delante).
El asunto es que, para cuando yo salí de la preparatoria, el negocio iba prácticamente en “caída libre” y a los pocos años, tuvo que cerrar sus puertas. Por esta razón, tuve que buscar trabajo por otro lado, haciendo un poco de todo y ganando mucho menos que lo que podría haber ganado en la ferretería.
Durante mis peores épocas pensaba: “si hubiera seguido la ferretería, no tendría los problemas que tengo ahora”.
Para no hacer el cuento demasiado largo, a mis 47 años, entré a trabajar a una ferretería muy grande. Era un puesto de confianza y con muchas posibilidades de crecimiento, pero fue ahí donde me di cuenta de ese «hubiera» que si existió.
«Si hubiera seguido de ferretero todos esos años, hubiera sido una persona sumamente infeliz.»
«Si hubiera seguido de ferretero todos esos años, hubiera sido una persona sumamente infeliz.»
Fue justo entonces cuando me puse a buscar oportunidades que me llevaran a un lugar en donde pudiera desarrollar mis ideas y llevarlas a cabo. No sé si fue la ley de Atracción ó qué otra cosa, pero encontré un trabajo en el que llevo 10 años y cada día estoy más contento.
En este relato, existen varias moralejas:
1.- Las oportunidades no avisan cuando llegan. Hay que estar pendientes.
2.- Hay oportunidades que no son para nosotros. Si vemos que le quedan mejor a alguien más, es una gran oportunidad de ayudar.
3.- A veces es necesario plantearnos algunos “hubieras” para darnos cuenta de que en su momento, tomamos la decisión correcta.
Por último, los invito a leer este artículo de mi blog. Ahí encontrarán un gran ejemplo de “oportunidades perdidas” que es la historia de “Juan, el Sacristán”. Espero la disfruten.
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